miércoles, 21 de noviembre de 2007

Ferrol


Vivo al lado del mar,
en un pueblo donde perder es lo normal;
los que pudieron escapar
juraron no volver jamás.

Hoy empezó a llover y todo va a seguir igual; igual de mal, igual de bien
y ¿para qué?, no tengo prisa y no nací para perder mi tren.
El "Rías Altas" llevará los sueños y la realidad;
será otro día más, simplemente un día más.

La fábrica cerró;
las máquinas pararon... se secó el sudor.
La cabeza bien alta cuando se tiene el valor
para andar por la vida como el mejor perdedor.

¿Qué importan hoy los bolsillos del pantalón?;
lo que está dentro se lleva, se tiene o no.
La costa oeste mirará toda la vida cara al mar:
¡aquí me encontrarás, aquí tengo mi hogar!

Sé que aquí nací y aquí quiero quedarme,
aquí está mi hogar donde se acaba el mar.

Sigo una tradición,
costumbres que esta vez mi tierra me enseñó:
vivir con el misterio de saber si vengo o voy,
y aunque lo tengo claro sólo muestro indecisión.

La confusión, no es mi defecto y hasta hoy
me entrego cómo y cuándo quiero sólo yo;
ahora ya sabes cómo soy: dónde dejé mi corazón,
dónde mi corazón, ¡dónde mi corazón!

Sé que aquí nací y aquí quiero quedarme,
aquí está mi hogar donde se acaba el mar.

Sé que aquí nací y aquí quiero quedarme,
aquí está mi hogar donde se acaba el mar.